Tal y como pueden imaginarse, la complicada relación de Walt Disney con las mujeres no puede ser tratada en un único post ni tan siquiera en unos cuantos.
Aunque la imagen de la mujer en Disney ha mejorado (en una medida muy ridícula) las líneas generales siguen siendo las mismas.
Disney ha contribuido en una gran medida en la interiorización de una imagen y unas expectativas nada apropiadas acerca de la mujer.
Esto se puede apreciar de manera bidireccional.
Por un lado se encuentran las expectativas creadas por Disney de la mujer hacia si misma.
Han tratado con muchísimo esfuerzo y dedicación posicionar el amor (más bien la concepción platónica, tierna, sumisa y sobre todo mentira del mismo) como el bien más precio y la aspiración última que debe tener una mujer.
Esto se puede apreciar en la gran mayoría, o todas las películas Disney, pero en este caso voy a recordar a la Bella Durmiente.
La "protagonista" de la película cuenta con aproximadas diez frases en su guión. Ésta, en su aparición estelar, se pincha con una aguja y queda inconsciente sin otra posibilidad de volver a la vida que un beso de amor verdadero.
Este "amor verdadero" es elegido por el arhiconocido Príncipe Azul, quien aprovecha sin mucho problema el estado comatoso de la Princesa.
Por otro lado, ha contribuido también a crear un estado de conformismo y al anhelo de un estilo de vida plano y sin ningún tipo de aspiración.
En este aspecto encontramos a la ganadora, sin duda, Blancanieves.
Esta princesa no sólo se conforma con lavar, limpiar, cocinar y básicamente dedicar su vida a siete enanos, sino que es plenamente feliz con ello y para nada se plantea otro camino.
En el otro lado de la balanza se encuentra la imagen que proyecta de la mujer hacia la sociedad en general.
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